Luego de que se cumplieran diversos actos religiosos y protocolares en Humahuaca, el pueblo manifestó un arraigado apego y aprecio profundo hacia la persona del sacerdote jovencito, Pedro Olmedo, llegado de España en 1972 y ahora convertido en OBISPO de la mano de su pueblo prelaticio.
El pasado lunes 27 durante toda la jornada el pueblo de Pedro lo acompaño viéndolo montado en un caballo y desde donde saludo a los feligreses en su recorrido por las calles. Emociones recíprocas se confundieron entre mensajes, abrazos, bromas y salutaciones durante el día, cargados de sonrisas y lágrimas que demostraron una feliz despedida, augurando un posible regreso.
El ADIOS fue circunstancial pero concreto. El pueblo le dijo Adiós a un hermano que dio todo por todos y que se lleva el AFECTO Y EL AMOR de quienes le entregaron su corazón…HASTA SIEMPRE OBISPO PEDRO OLMEDO.

