En el mes de Julio se estrena en Humahuaca “LA REALIDAD NO EXISTE”, un documental basado en la vida del último anarquista de la puna, Raúl Prchal.
La idea nació muchos años atrás, cuando unos jóvenes estudiantes de cine llegaron a Humahuaca para grabar y contar la vida de Raúl Prchal. Vivieron por una semana en su comunidad, grabando y recopilando información. Un tiempo después, aparecía en las redes sociales, el avance del documental.
Lo que llamó la atención, fue que pasaba el tiempo y el ansiado estreno nunca llegaba. Así fue que un día, Facundo Rivarola, cocinero y músico, quién vivió unos veranos en el castillo de adobe, se contactó con la productora para saber que había pasado y uno de estos jóvenes, le comentó que el proyecto no se iba a terminar. Pero, si le interesaba, le regalaba todo el material.

Así fue como Facundo, se lanzó en esta aventura y comenzó una cacería de material digital en las redes sociales. En esta etapa conoció mucha gente, por ejemplo, otro joven que había visitado la comunidad a lo largo de tres años y tenía todo grabado, también consiguió algunas entrevistas realizadas por Santiago Martín, diseñador de la página que en algún momento tuvo Prchal.
En la búsqueda de un editor, se suma al proyecto, Brian, un amigo cineasta con el que visitaron Humahuaca en mayo del 2023, para recopilar más material y grabaron otras entrevistas.

El armado de este collage, terminó siendo una película de 1:50 hs, y su estreno está programado para el mes de Julio en la Casa del Tantanakuy de Humahuaca, también se proyectará en Salta y Buenos Aires.
Lo que llamó mucho la atención a Facundo y Brian, es que nuestro quijote, habla en los videos sabiendo del documental, sabiendo que va a ser famoso. Parece una locura, pero es como si este material estaba esperando ahí, por alguien. En una parte, el viejo anarquista dice: “POST-MORTEM SEGURO VOY A TRIUNFAR”.
La Casa del Viento, la Huayra Huasi

La Huayra ha sido laboratorio de imágenes, comuna transitoria anarquista, centro de cultura y creación, escenario de película, casa de familia y casa de locos flacos, peña de carnaval y muchas otras cosas, pero lo que más ha sido es refugio: para los viajeros que toman la panamericana hacia el norte y paran aquí porque el nombre del «Prejál» va de boca en boca y algunos quieren conocer al último anarquista de la puna; para los hippies que, como Raúl, tomaron un camino individual lejos de lo pre-establecido: elegir cómo poseer el tiempo que les queda y despreciar el dinero; para los etnógrafos iniciados que andan por ahí en busca de seres en extinción; para los que todavía citan por ahí a Berkman y a Goldman, grandes artífices del anarquismo de este siglo y por cierto novios; para los que aún hablan de revolución mirando la tele; para los que no tienen para pagarse una comida esta noche pero nunca les falta un cigarrillo sin filtro; para los que quieren escapar de sus mujeres y beberse una damajuana con los amigos, inventarse una copla y aguardar el amanecer en la acogedora nebulosa compartida que engendra el alcohol.
Don Raúl Prchal, el plomero de Agua de los Andes

Raúl, plomero de profesión, ocupó un cuartito solitario y silencioso en la planta depuradora de Humahuaca donde trabajaba. Era conocido por los pueblerinos por su porte y su cabellera rubia. Siempre amable y educado con la gente, no tardó en ser un Humahuaqueño más, poco después de su llegada.
Un verano, la lluvia desdibujaba la silueta de los álamos afuera y, por supuesto, las aguas fecales apestaban. Graciela, su esposa, acababa de marcharse y la comuna había cerrado sus puertas hasta nuevo aviso. En aquel cuartito fue donde, por fin, la novela ideológica que Raúl llevaba años queriendo escribir fue concebida: El Francotirador. A través de ella Raúl conseguiría explicarle al mundo su decisión de abandonar el sistema económico y político y seguir una nueva vía a solas, en la línea de los anarquistas individualistas del siglo XX: el ser humano como ente autónomo, dueño de sí mismo, que se opone al control estatal o social. En el caso de Raúl y de su alter ego Alfonso Kumovic, protagonista siempre ausente en la novela, la historia se adereza con una tendencia a lo marginal, a habitar los recovecos del mundo donde nadie fija su mirada, los circuitos silenciosos donde la ley, el dinero o la política son símbolos fantasmagóricos de aquello de lo que se huye.

Información extraida de la nota realizada por Marina Hernández (Madrid, 1989). Periodista y escritora. Becada por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

